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Ebrard negocia en medio de tensiones por aranceles

​En marzo de 2025, las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos experimentaron tensiones debido a la inminente aplicación de un 25% de aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México. Estos aranceles, anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump, tenían como fecha de inicio el 12 de marzo, lo que causó inquietud en varios sectores económicos de ambas naciones.

​En marzo de 2025, las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos se vieron tensionadas por la inminente imposición de aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio mexicanos. Estos aranceles, anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump, estaban programados para entrar en vigor el 12 de marzo, generando preocupación en diversos sectores económicos de ambos países.

La administración de Trump respaldó la implementación de estos aranceles amparándose en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, citando preocupaciones relacionadas con la seguridad nacional y la necesidad de disminuir el déficit comercial en el ámbito metalúrgico. Esta acción impactaría no solo a México, sino también a otros importantes socios comerciales, como Canadá, la Unión Europea y Japón.

Reacción de México

Frente a esta circunstancia, el gobierno mexicano, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, emprendió una serie de diálogos diplomáticos para impedir la aplicación de las tarifas. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, encabezó las negociaciones con autoridades estadounidenses, subrayando que México adquiere más acero y aluminio de Estados Unidos del que vende, lo cual, desde su punto de vista, hacía injustificable la imposición de los aranceles.

Ante esta situación, el gobierno mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, inició una serie de negociaciones diplomáticas para evitar la imposición de los aranceles. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, lideró las conversaciones con funcionarios estadounidenses, destacando que México importa más acero y aluminio de Estados Unidos de lo que exporta, lo que, según su perspectiva, hacía injustificada la aplicación de las tarifas. ​

Diálogos en proceso

En los días anteriores al plazo del 12 de marzo, las conversaciones se volvieron más intensas. Delegados mexicanos se desplazaron a Washington para encontrarse con sus homólogos estadounidenses, intentando hallar una resolución que impidiera la imposición de las tarifas. La Secretaría de Economía comunicó que las exportaciones que cumplen con el T-MEC seguirían sin estar sujetas al pago de tarifas hasta el 2 de abril, gracias a un acuerdo temporal logrado entre la presidenta Sheinbaum y el presidente Trump.

Pese a estos progresos, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, afirmó que las tarifas sobre el acero y el aluminio se aplicarían a partir del 12 de marzo, según lo planeado, lo que añadió un elemento de incertidumbre al proceso de negociación.

Respuestas internas en México

La posible aplicación de tarifas causó inquietud entre los industriales mexicanos, particularmente en el sector siderúrgico. La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) pidió al gobierno mexicano que, si Estados Unidos procedía con las tarifas, se adoptaran acciones de represalia equivalentes para resguardar la industria nacional.

Asimismo, la presidenta Sheinbaum organizó una concentración en el Zócalo de la Ciudad de México para informar al público sobre las medidas del gobierno ante la amenaza de tarifas. En el acto, Sheinbaum resaltó que «han prevalecido el diálogo y el respeto» en las negociaciones con Estados Unidos, subrayando la relevancia de sostener una relación de igualdad y colaboración entre los dos países.

Escenarios futuros

Perspectivas futuras

La situación reflejó la complejidad de las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos, especialmente en un contexto de políticas proteccionistas y renegociaciones de acuerdos comerciales. La capacidad de ambos gobiernos para llegar a acuerdos que beneficien a sus respectivas economías sería crucial para evitar una escalada en las tensiones comerciales y garantizar la estabilidad económica en la región.

By AGAUTAFD

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